La marginación - En un cuento corto.






Núcleo Problemático
Nº :
4
Participación de cada uno de nosotros en el país como habitante y como ciudadano

Componente:
Integración Comunitaria - Alfabetización

Áreas:
   Formación Cívica - Lengua

Contenidos:
Problemas de la participación ciudadana. El cuento corto.
Objetivo:
Se interese por favorecer la integración de los grupos marginados. Valore la lectura recreativa.

Los tres cosmonautas Umberto Eco
1. Leé atentamente el cuento.
Esta es una fábula de hoy para sus niños. O tal vez no. Es para ustedes. De todos modos, hagan la prueba de contársela a ellos; tal vez reconozcan su propio lenguaje del futuro y entonces ellos se la contarán a ustedes.
Había una vez la Tierra. Y había una vez Marte. Los hombres que habitaban en la Tierra querían llegar a Marte y a los otros planetas.
Al principio en los cohetes pusieron perros, pero los perros no sabían hablar y a través de la radio transmitían sólo "guau-guau", y los hombres no podían entender qué habían visto, ni adónde habían llegado. Al final encontraron hombres valientes, que quisieron ser cosmonautas.
El cosmonauta se llamaba así porque partía para explorar el cosmos: es decir, el espacio infinito, con los planetas, las galaxias y todo lo que nos rodea. Los cosmonautas al partir ignoraban si podrían regresar.
Un buen día partieron de la Tierra, desde tres puntos distintos, tres cohetes. En el primero iba un norteamericano, que silbaba muy alegre un motivo de jazz. En el segundo iba un ruso, que cantaba con voz profunda "Volga, Volga". En el tercero iba un negro que sonreía feliz, con dientes muy blancos en su cara negra.
En efecto, por aquellos tiempos los habitantes del África, finalmente libres, se habían demostrado tan hábiles como los blancos para construir ciudades, máquinas y -naturalmente- cosmonautas. Los tres querían llegar primero a Marte para demostrar quién era el mejor.
El norteamericano no quería al ruso y el ruso no quería al norteamericano; y todo porque el norteamericano para decir buen día decía "how do you do?" y el ruso decía "ZPABCTBYUTGE". Por eso no se comprendían y se creían distintos. Los dos, además, no querían al negro porque tenía un color diferente. Por eso no se comprendían.
Como los tres eran muy valientes, llegaron a Marte casi al mismo tiempo
Llegó la noche. Había en torno a ellos un extraño silencio, y la Tierra brillaba en el cielo como si fuese una estrella lejana.
Los cosmonautas se sentían tristes y perdidos y el norteamericano en la oscuridad llamó a la mamá. Dijo "Mamie"...Y el ruso dijo: "Mama"... Y el negro dijo: "Mbamba".
Pero enseguida comprendieron que estaban diciendo lo mismo y que tenían los mismos sentimientos. Fue así que se sonrieron, se acercaron, juntos encendieron un buen fueguito, y cada uno cantó canciones de su país. Entonces se armaron de coraje y mientras esperaban el amanecer aprendieron a conocerse.
Por fin se hizo de día, hacía mucho frío. De repente, de un grupito de árboles salió un marciano. ¡Era realmente horrible verlo! Era todo verde, tenía dos antenas en lugar de orejas, una trompa y seis brazos. Los miró y dijo: ¡GRRR! En su idioma eso quería decir: "¡Madre mía! ¿quiénes son esos seres tan horribles?!". Pero los terrestres no lo comprendían y creyeron que su grito era un rugido de guerra. Fue así como decidieron matarlo con sus desintegradores atómicos.
Pero de pronto, en medio del enorme frío del amanecer, un pajarito marciano, que evidentemente se había escapado del nido, cayó al suelo temblando de frío y de miedo. Píaba desesperado, más o menos como un pajarito terrestre. Daba realmente pena.
El norteamericano, el ruso y el negro lo miraron y no pudieron contener una lágrima de compasión. En ese momento sucedió algo extraño. También el marciano se acercó al pajarito, lo miró y dejó escapar dos hebras de humo de la trompa. Y los terrestres, de golpe, comprendieron que el marciano estaba llorando. A su modo, como lloran los marcianos. Después vieron que se inclinaba sobre el pajarito y lo alzaba entre sus seis brazos tratando de darle calor.
El negro, que en otros tiempos había sido perseguido porque tenía negra la piel y por eso mismo sabía cómo son las cosas, dijo a sus amigos terrestres: -¿Se dieron cuenta? ¡Creíamos que este monstruo era distinto a nosotros, pero también él ama a los animales, sabe conmoverse, tiene un corazón y sin duda, un cerebro! ¿Creen todavía que hay que matarlo?
No era necesario hacerse semejante pregunta.
Los terrestres habían aprendido la lección: que dos personas sean diferentes no quiere decir que deban ser enemigas. Por lo tanto, se acercaron al marciano y le tendieron la mano.
Y él, que tenía seis, les dio la mano a los tres al mismo tiempo, mientras que con las que quedaban libres hacía gestos de saludo. Y señalando la Tierra, distante en el cielo, hizo entender por señas que desearía viajar allá, para conocer los otros habitantes y estudiar con ellos la forma de fundar una república espacial en la que todos se amaran y estuvieran de acuerdo.
Los terrestres dijeron que sí y para festejar el acontecimiento le ofrecieron un cigarrillo. El marciano, muy contento, se lo introdujo en la nariz y empezó a fumar. Pero ya los terrestres no se escandalizaban más. Habían comprendido que...
2. Completá el final. ¿Qué te parece que habían comprendido los cosmonautas?
3. Para reflexionar individualmente sobre el cuento, respondé las siguientes preguntas que luego compartirás con tus compañeros de clase.
  • Según vos, ¿cuál es el conflicto planteado?
  • ¿Podés compararlo con situaciones de la vida real?
  • ¿Te parece que los sentimientos de desprecio, asco, repulsión frente a algunas personas pueden estar encubriendo el miedo que esas personas nos provocan?
  • ¿Qué tipo de personas te provocan alguno de esos sentimientos? ¿Por qué creés que sucede?
  • ¿Creés que es necesario que las personas se conozcan más para aceptar las diferencias? ¿Te parece que entender el idioma y las costumbres sería suficiente para comprenderse y convivir en paz?
  • ¿Qué tipo de comprensión se dio entre los terrestres y el marciano? ¿Fue a través de las palabras?
  • ¿Qué podríamos hacer para estimular ese tipo de comprensión entre las personas? ¿Creés que es posible lograrlo? ¿Por qué?
Autores: Ministerio de Educación. Los tres cosmonautas.
En: Derechos de la infancia y la juventud.